¿El pastoreo es bueno para la montaña?
(Traducción del artículo "Le pastoralisme est-il
bon pour la montagne?" de Pierre Rigaux, publicado en https://blog.defi-ecologique.com/le-pastoralisme-est-il-bon-pour-la-montagne/#comments)
Téngase en cuenta que se refiere básicamente a los Alpes franceses, más específicamente a los Alpes del sur, por lo que no todo su análisis es extrapolable.
Pastos en los Hautes-Alpes en el Devoluy Pierre Rigaux |
"Las ovejas
mantienen limpio el monte". La consigna está tan firmemente anclada como
el Monte Bego en el Mercantour. Pero, ¿el pastoreo cuida realmente de la montaña?
¿Cuáles son los impactos de la cría de ovejas en los ecosistemas alpinos?
Lo que vas a aprender
- Por qué el pasto natural es raro
- Cómo la carne reemplazó a la lana
- Qué le debe la flora alpina a las ovejas
- Cuál es la relación entre las ovejas y el agua potable
- Cómo los lobos reducen el desempleo de las zonas de montaña
Pastoreo, ¿de qué estamos hablando?
El pastoreo es un modo de producción de carne, leche u otros
"productos animales", a través de la cría de ganado enviado a pastar
en la naturaleza. Etimológicamente, estos animales están custodiados por un vigilante,
un pastor. Su dieta se cubre en parte por la vegetación espontánea de los
denominados espacios naturales o pastorales. El Código Rural (conjunto de usos y normas civiles de aplicación en el medio rural francés, N. del T.) especifica que el
uso de estos espacios es "extensivo y estacional". En otras épocas del
año, el ganado puede alimentarse en prados cultivados o en régimen de
estabulación.
¿Sabías que…?
En Francia, los pastores disfrutan del uso de
un millón y medio de hectáreas en las montañas. En los Alpes, se explotan 700.000
hectáreas de pastos montanos. Cada año, los camiones suben hasta allí un millón
de animales, principalmente ovejas pero también vacas: es la trashumancia.
Alpes, alpino, pastos montanos
Hautes Alpes en el Briançonnais Pierre Rigaux |
En agronomía, se llama ‘pastos montanos’ a los pastizales de montaña
utilizados para el pastoreo. En ecología, los céspedes que crecen de 2.000 a 2.400
metros sobre el nivel del mar se llaman céspedes alpinos. Estos crecen de
manera natural, porque a esta altitud, el frío impide que los árboles y
arbustos crezcan. Hasta aproximadamente 3.000 metros de altitud, es el llamado “piso
alpino”. El reino de la hierba. Pero no solamente eso. La riqueza botánica es
muy especial: la cincoenrama nival Potentilla
nivea, la calabacera Adenostyles
alliariae, la genciana alpina Gentiana
alpina, y otras maravillas no viven más abajo, si no es en el Ártico.
Esta riqueza y el carácter herbáceo de estos ambientes a menudo se asimilan
al "papel de mantenimiento" del pastoreo. Pero este es un concepto
erróneo. A diferencia de los prados de las tierras bajas, no es necesario
pastorear o cortar el césped alpino para que exista. Presentes desde hace
milenios, estos céspedes alpinos están adaptados a las condiciones extremas de
la alta montaña. Es verdad que la deforestación ha podido rebajar la cota
altitudinal del límite superior del bosque, a veces estirando el césped hasta
200 o 300 metros por debajo de su altitud natural. Pero a menudo, incluso en
estas altitudes intermedias, el abandono del pastoreo no es suficiente para que
el bosque se restablezca. Por otro lado, a altitudes más bajas, el
mantenimiento de la hierba mediante la siega o el pastoreo puede generar
paisajes alternados de bosque y pastizales, con una biodiversidad a veces rica.
Un poco de historia
Descendiente de las ovejas silvestres de Oriente Medio, la oveja común se trajo
muy antiguamente a Europa. El pastoreo es en sí mismo viejo y ha evolucionado
mucho. Era más reducido, más local, más económicamente viable. Las ovejas son
ahora el principal ganado trashumante en los Alpes del Sur. Durante mucho
tiempo, una parte esencial de la producción ovina fue la lana y el estiércol,
utilizado como fertilizante. Sin embargo, a fines del siglo XIX, la apertura
económica de las fronteras provocó el colapso de la producción de lana francesa
y la sustitución del estiércol por nuevos abonos. Para sobrevivir, la cría de
ovejas se orientó a la producción de carne de cordero. Esta actividad ha sido
económicamente viable durante algunas décadas.
En la década de 1980, una nueva apertura de las fronteras marcó el comienzo
del fin de la producción nacional, no muy competitiva. Especialmente porque el
consumo de cordero disminuye constantemente. Otra vez moribundo, el sector depende para su
supervivencia de las ayudas públicas.
La cría de ovejas se ha salvado temporalmente. Pero hoy sigue disminuyendo...
aunque, en los Alpes del Sur, no tanto como en otros lugares. En algunos
macizos de los Alpes, el número de ovejas incluso se ha disparado en algunas
décadas, principalmente debido a la adaptación de los ganaderos al modelo
productivista y al sistema de subsidios. El pastoreo contemporáneo de
"carne y subsidio" tiene más de economía reciente que de tradición.
¿Cuánto tiempo durará?
Explotación intensiva de la montaña
Césped alpino degradado en Queyras Pierre Rigaux |
El pastoreo no cuida la montaña. El césped natural es muy poco compatible
con la presencia de miles de ovejas. Las flores de las alturas simplemente no
están hechas para ser pastoreadas así. El consumo, el pisoteo y los excrementos
conducen a un colapso del número de especies de plantas. Muchos botánicos
han descrito el fenómeno. La vegetación está devastada, a veces hasta la erosión del suelo. Abarrancamientos e incluso flujos de lodo:
el daño al suelo no tiene nada que envidiar a los del cultivo intensivo de
tierras bajas. De hecho, los grandes rebaños de ovejas que recorren los suelos
de las montañas no son tanto una cría extensiva como una cría intensiva... en
la naturaleza.
Otra consecuencia es la de los tratamientos antiparasitarios de ovejas. Los
compuestos químicos biocidas se encuentran en sus excrementos y envenenan a los
insectos coprófagos, que son consumidos por otros animales. Los rebaños también
transmiten sus enfermedades a los herbívoros salvajes: pestivirosis a los sarrios
o rebecos del Pirineo, brucelosis a los íbices... Es en este
sentido, y no en el contrario, como se produce el contagio.
El lobo, chivo expiatorio del pastoreo
Si hay una especie animal que sufre del pastoreo en Francia, ese es el
lobo. Las matanzas de Canis lupus las ordena el Estado bajo la presión
de los lobbies agrícolas, que rechazan la presencia del depredador natural ... en la naturaleza.
Lobo y pastoreo en Italia
Testimonio de un agricultor sobre el tema.
Sin embargo, los pastores reciben ayudas
financieras específicas para proteger su ganado, además de recibir los
subsidios ordinarios que permiten su actividad. En
las áreas de presencia de lobos, el salario de los pastores empleados está
subsidiado al 85 %. Por lo tanto, cuando los ganaderos suben
los rebaños a los pastos de altura a la vez que exigen la eliminación del
carnívoro, en realidad no hacen sino provocar la situación que les permite
cobrárselo a su costa: las ovejas mal cuidadas son depredadas, los lobos son abatidos
como compensación, y el pastoreo continúa en su concepción abiertamente hostil
y conflictiva con la naturaleza que explota.
Incluso en los parques naturales
Oeneis glacialis Pierre Rigaux |
Los parques nacionales tienen una de las normativas más estrictas de Francia
para la protección de las áreas naturales. Pero esto no impide que los parques
nacionales alberguen más cabezas de ganado que herbívoros salvajes. ¿Increíble?
Y aún así...
En Ecrins y Mercantour, los céspedes alpinos del corazón del parque están
disponibles para varios cientos de miles de ovejas todos los veranos. Esta
biomasa animal es aproximadamente de 5 a 10
veces más alta que la de gamuzas, cabras monteses, ciervos, corzos y otros grandes herbívoros identificados
en estas áreas supuestamente protegidas. ¿Y la naturaleza en todo esto? La
realidad es que los mamíferos salvajes no pintan gran cosa frente al peso del
ganado, tanto en el
corazón de los parques nacionales, como a nivel mundial.
Pastoreo contra el agua potable
El efecto más pernicioso del pastoreo de montaña es sin duda la degradación
del agua potable. Pocos habitantes de las áreas rurales de montaña saben que la
pobre calidad bacteriológica de su agua potable puede deberse a los excrementos
de las ovejas en los macizos que alimentan las fuentes de las que se capta el
agua. Debe decirse que los
documentos de salud oficiales solo aluden al problema muy discretamente, a pesar de la evidencia de las
mediciones realizadas (solo dos frases en las páginas 1 y 8). El agua cargada
de gérmenes fecales está mal filtrada por los suelos calcáreos de los Alpes del
sur. Y en estos municipios rurales, las pequeñas
plantas de tratamiento de agua no son capaces de purificar suficientemente esta
contaminación agrícola llegada desde lo alto.
Pastoreo cercano a la naturaleza
La imagen estival de los rebaños en las crestas es encantadora, pero
incompleta. Un balance agronómico más completo debería tener en cuenta todo el
ciclo de la explotación. Al consumir mucha hierba natural y menos cultivos costosos
(en agua, fertilizantes y pesticidas), el pastoreo parece menos dañino, menos
contaminante y más sostenible que otras técnicas agroganaderas. Algunos
pastores trashumantes incluso logran producir sus corderos de carne sin tener
que darles complementos nitrogenados.
La mayoría
lo hace, sin embargo, debido a la necesidad de productividad. Comprado o producido en la granja, el
alimento complementario de los animales socava el equilibrio ecológico de la
producción pastoril. Como toda producción animal, la ganadería extensiva es
menos eficiente en energía que cualquier producción de proteínas
vegetales, siempre más eficiente. Los defensores del veganismo obviamente lo saben. Recuerdan que las
plantas son más aptas que las chuletas de cordero para alimentar a la
humanidad.
Detalle significativo, la mayoría de estas granjas de montaña que se
pretenden cercanas a la naturaleza ni siquiera practican la agricultura
orgánica. Finalmente, en la lista de impactos generados por esta forma de
ganadería podemos agregar la contaminación generada por los viajes de ida y
vuelta de los animales durante su vida trashumante. El balance general del pastoreo
en última instancia no es precisamente glorioso. ¡Estamos muy lejos de Elzéard
Bouffier!
¿La montaña es lo suficientemente grande como para el ganado?
Rebaño de ovejas en el Devoluy Pierre Rigaux |
Tanto el ganado dejado libre en el monte como el pastoreado se beneficia,
por definición, de vastos pastizales. Hierba hasta donde alcanza la vista. No hay
barreras. Incluso si solo es estacionalmente antes de volver a los establos,
estas condiciones son obviamente las mejores que se pueden ofrecer al ganado.
¿Es generalizable en el modelo global actual de consumo de carne o lácteos?
Ciertamente no, porque las superficies disponibles son demasiado pequeñas para que
pasten las astronómicas cantidades animales necesarios para este consumo. A
menos que el consumo de carne se vuelva marginal, el pastoreo en sí mismo
seguirá siendo marginal en el conjunto de la producción. Esta es la razón por
la cual el modelo pastoral es viable solo como un pequeño anexo de la cría
industrial, a no ser que se reduzca drásticamente el consumo de carne hasta su
cuasiabandono... ¡algo que no gustará a los ganaderos!
En resumen
¿Qué sería de la montaña sin pastoreo? A bajas altitudes, brezales y
bosques reemplazarían espontáneamente a los pastizales. Eso será ecológicamente bueno o malo según las afinidades de las especies, y siempre que no aparezcan otras
formas de cultivo que podrían mantener paisajes en mosaico, beneficiando a los
diversos cortejos florísticos y faunísticos. Sea como fuere, en cotas más altas, las
praderas alpinas abandonadas por el pastoreo estarían más sanas. Más rico, más
hermoso. Hasta donde alcanza la vista, estos paisajes herbáceos seguirían
siendo herbáceos. No necesitan ovejas para eso. Sin rebaños, ofrecerían una
mayor diversidad de colores, flores y mariposas. Algunos mataderos se cerrarían
y la vida silvestre estaría mejor conservada. El pastoreo es tan útil para la
montaña como la tala en el bosque o la pesca en los océanos.
Entonces, ¿cómo se puede avanzar hacia un modelo de producción agrícola que
preserve los últimos espacios naturales que ofrece la montaña generando a la
vez en otras áreas espacios rurales ecológicamente ricos?
Tal como hemos advertido al comienzo de esta entrada, el artículo está orientado especialmente a los Alpes del Sur. Existen diferencias físicas notables entre esta área y nuestras montañas de la divisoria, como Aralar y Aitzgorri, que impiden la simple y directa aplicación del contenido del texto a las mismas.
ResponderEliminarLa diferencia fundamental es la altitud, mucho más modesta aquí, que implica la inexistencia de un piso alpino propiamente dicho, al contrario que, por ejemplo, en los Pirineos o en los Picos de Europa. Es decir, aquí no tenemos ecosistemas herbáceos naturales equiparables a aquéllos, todos los pastizales son creación humana, fruto de la deforestación y de la ganadería. Ocupan terrenos propios del bosque, con muy pocas salvedades, como las cumbres rocosas y ventisqueros. Del contenido el artículo, a nuestros pastizales de montaña sí se les puede aplicar lo que comenta de los pastos de baja altitud de los Alpes.
Dejando a salvo tal diferencia, los efectos del sobrepastoreo que describe el artículo son aplicables a Aralar, y de hecho están presentes aquí.