Vivimos tiempos difíciles y extraños, como ya unos cuantos
lo han explicado claramente. Disponemos ahora mismo de un refugio inigualable
desde el que reflexionar sobre nuestro modo de vida y los fundamentos de
nuestra economía. Tal y como se nos recuerda constantemente nada volverá a ser
igual de aquí en adelante. Sin duda nada será lo mismo, ¿Pero acaso viviremos
mejor o peor?
La respuesta a esa pregunta admite tantas variantes como
queramos. Desde Ondarroa 12 Milla focalizamos nuestra atención en la actividad
pesquera y el futuro del sector. En estos tiempos en los que el Gobierno Vasco
decide sobre qué hacer con la actividad económica, han subrayado la importancia
del Sector Primario una y otra vez. Los alimentos nos son imprescindibles y la
labor de los baserritarras y arrantzales ha sido difundida con asiduidad. Sin
embargo, la crisis del Coronavirus ha limitado notablemente la actividad de
nuestros pescadores. A estos, a quienes ya se encontraban en una grave
situación de precariedad, les han sobrevenido condiciones estructurales e
infranqueables: En muchas embarcaciones no es posible mantener una distancia
mínima y no pueden garantizar una mínima seguridad en la lucha para no
contaminarse por el virus. Por otro lado, el mercado del pescado se halla actualmente
desdibujado y el baile de precios hace que la propia actividad no resulte
rentable.
A tenor de lo que recibimos en los medios de comunicación, y
viendo como ha actuado este sector en el pasado sospechamos que la apuesta para
salir de esta crisis pasará por esperar a las ayudan que lleguen desde Europa
(o la Administración Local). Si esta es la solución la pregunta resulta
insoslayable: ¿Para qué necesitamos a la pesca si esta actividad no nos sirve para
conseguir alimentos en los momentos en los que más los necesitamos? ¿Para qué mantener
este sector con dinero público si no va a cumplir con su función social? ¿Por qué
admitir semejante impacto sobre la biodiversidad y el patrimonio natural a una
actividad que no resulta estratégica?
Para nosotros la pesca resulta indispensable para la
soberanía alimentaria. La preservación de esta actividad le corresponde a la
administración, así como la gestión de los empleos relacionados con ella. Sin
embargo, tratando de hacer aportaciones al respecto, estas son nuestras
propuestas.
Para empezar, la tendencia parece dirigirse a la parada
general de la flota y esto en sí mismo puede resultar beneficioso para los
pescadores, ya que reducirán su riesgo a contaminarse, así como para las
especies de interés comercial, ya que las dejaremos en paz, y, de esta manera, podrán
culminar su ciclo natural; el periodo de desove que acontece aquí, en
tranquilidad. Sin embargo, para afirmar que esta situación es realmente
beneficiosa se deberían cumplir dos condiciones: Es necesario compensar a los
pescadores, como al resto de los trabajadores, y el impacto que tiene esta
parada sin pesca sobre las distintas poblaciones de especies debe de ser
medido. Las dos condiciones son asumibles, y la administración tiene medios
para llevar ambas a cabo.
La segunda opción pasa por asegurar el suministro de
pescado. Para ello habría que garantizar el sostenimiento de la actividad, pero
de modo controlado y selectivo. Cada semana, por turnos, 2 barcos de cada
puerto tendrían la posibilidad de salir a faenar (6 de Gipuzkoa y 6 de Bizkaia).
Por supuesto garantizando las condiciones sanitarias de cada tripulación (tests
y condiciones de seguridad sanitaria incluidas). De esta manera, se le podría
ofrecer la pesca del día a cada cofradía y que esta la pudiera vender a un
precio prefijado. Este precio contribuiría a regular el mercado de manera que
las pescaderías no obtuvieran ventajas no justificadas. La actividad pesquera
debería de estar limitada: respetando las cuotas y los tamaños y ejerciendo la
actividad más allá de las 12 millas para no infligir un perjuicio mayor de lo
normal a las poblaciones de peces. Las normas podrías ser establecidas y
afinadas con criterios científicos y técnicos, respetando la biodiversidad y
garantizando el consumo de pescado del día. La administración tiene la
capacidad para ello.
Estas no son más que dos propuestas viables, ambas
destinadas a afianzar el sentido y la situación de la actividad pesquera. De
hecho, si la pesca no ha de cumplir su función social, deberíamos preguntarnos
qué es exactamente lo que estamos fomentando y sosteniendo con dinero público,
ya que la pesca es patrimonio natural y su explotación no puede ser justificada
más que por el beneficio público.
Aitziber Sarobe (NA: 34098264-M)
Leo Belaustegi (NA: 72563842-S, Teléfono: 679089714)
(Ondarroa 12 milia - Naturkon Gipuzkoa)