El
departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco ha celebrado estos días unas
jornadas dentro del proyecto BID-REX. Se trata de un proyecto Interreg,
internacional, al amparo de la UE, cuyo objetivo principal es explorar las
estrategias, protocolos y prácticas más adecuadas para poner a disposición de
los políticos (decision makers) la mejor información técnica disponible en el
ámbito del medio ambiente y la conservación. Loable objetivo, sin duda.
Pues, dentro de dicho proyecto, la CAV
ha diseñado su estrategia y ya ha comenzado a ejecutarla. En este contexto se
están celebrando estos días las reuniones del denominado ‘Foro Social de la
Biodiversidad’ (Fuente, aquí).
Barruntamos que no es precisamente la
falta de información de los políticos el principal problema que afecta a la
conservación.
Sirva un ejemplo, extraído de la más reciente actualidad: la pesca de la angula. Pese a que la anguila está en peligro de extinción en Europa (la IUCN la clasificó como ‘en peligro crítico de extinción’ en la edición 2008 del Libro Rojo, y ratificó dicha inclusión en 2014), y pese a que los últimos informes de la UE parten de ese mismo diagnóstico, la CAV no la ha incluido en el catálogo de especies protegidas. Por otra parte, para tener anguilas hay que cuidar las angulas, ¿y qué tenemos al respecto en nuestro territorio? ¡Bingo! La CAV es el único territorio en toda la Unión Europea que permite y regula la pesca recreativa de esta especie. En nuestro país se regula la pesca de angulas desde embarcación a motor, a sabiendas de que las angulas así capturadas se destinan al comercio, pese a estar prohibido. Por supuesto, todo esto no es más que la parte visible; la administración no dispone de datos —pues no hay inspecciones— sobre el volumen del consumo de angula en restaurantes y otros comedores. Este año se ha vuelto a aprobar la misma temporada de pesca que el año pasado, con el añadido de que, además del titular de la licencia de pesca, este año podrán pescar también los ‘ayudantes’ (abriendo de paso la puerta al mercado negro de licencias). Es decir, en lugar de limitar la pesca desde embarcación a motor, se aumenta. A lo que hay que añadir las mafias que han puesto al descubierto los recientes decomisos de angula y detenciones practicadas por la Guardia Civil, que nos dan una idea de la dimensión del problema. Es un escándalo con qué desidia tratan nuestros políticos la conservación de la vida silvestre. ¿O acaso la clave está en la defensa de otros intereses inconfesables?
A la vista del deplorable estado de
conservación de la anguila, la Unión Europea aprobó un reglamento ad hoc en
2007 (es decir, hace mucho). La propia CAV elaboró su plan de gestión en 2008.
España hizo lo propio en 2010. En 2014, la Unión Europea elaboró un informe
para evaluar la aplicación del reglamento de 2007 (fuente,
aquí), cuya conclusión principal fue:
A pesar de la aplicación
de los Planes de Gestión, el estado de la población de anguila europea sigue
siendo crítico y es preciso adoptar un enfoque cautelar hasta que exista cierta
evidencia de un incremento continuado del reclutamiento y de la población
adulta. Los científicos advierten constantemente de que toda la mortalidad
inducida por factores humanos (mortalidad por pesca y mortalidad antropogénica
no pesquera) debería reducirse a un nivel tan próximo a cero como sea posible y
que es necesario actuar con urgencia. En consonancia con esta advertencia,
es posible que resulte necesario considerar la adopción de medidas
adicionales para reducir los niveles actuales de la mortalidad inducida por
tales factores.
Resumiendo, hace cinco años se propuso
reducir a cero la mortalidad no natural, tanto al causada por la pesca como la
causada por otras actividades humanas. El Gobierno Vasco está al corriente
de esto desde hace mucho.
La principal fuente propia de
información del Gobierno Vasco es AZTI. Los técnicos de AZTI coinciden en su
criterio técnico con la estrategia de la UE. El Gobierno vasco está al
corriente de esto.
El criterio del departamento de Medio
Ambiente del Gobierno Vasco es… que no tiene criterio.
Los datos científicos son muy claros: la
anguila se extingue de los ríos de Europa y hay una petición directa de que se
prohíba la pesca de la angula. El director de pesca del Gobierno Vasco, Leandro
Azkue, es el responsable político de la pesca de angulas (resulta harto
discutible que la pesca de angulas sea considerada pesca marítima, pero en
fin…). Proclama que no tiene intención de limitar la pesca de la angula. La
normativa de pesca fluvial de la Diputación Foral de Gipuzkoa tampoco permite
la pesca de la especie, pero la entidad foral prefiere mirar hacia otro lado.
El departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco afirma que en tanto el
Plan de Acción de la UE no se publique en Boletín oficial, no piensa prohibir
nada.
Entretanto, en esta nuestra querida CAV
hemos llegado a convertir el asunto en fuente
de negocio para AZTI, en un ejercicio de camaleonismo sin par.
¿Dónde está el meollo
de esta desviación? ¿Qué factor impide en mayor medida que las cosas se hagan
bien, la falta de información técnica de los políticos, o más bien el hecho de
que estos rehúyan deliberadamente seguir las directrices técnicas y cumplir la
normativa para así favorecer a sus clientes?
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